
“LA POESÍA FUNCIONA COMO UN CAMPO DE PRUEBAS”
En una tarde lluviosa como aquella, la blanca librería Malpaso supone un descanso en medio de las grises nubes y el negro cielo. Situada en la esquina de una calle del centro de Barcelona, el pequeño edificio parece albergar a una gran cantidad de gente. A través de las cristaleras se puede ver el interior: paredes y suelos de madera, estanterías repletas de libros que llegan hasta el techo, un segundo piso con una exposición de cuadros… En medio de la recepción algo que llama la atención: cámaras, focos y periodistas. La inminente presentación del Libro Rojo va a ser todo un acontecimiento.
El Prostíbulo Poético es una iniciativa nacida en Nueva York que tiene como objetivo el intercambio de poesía entre poetas y completos desconocidos. Los y las poetas se convierten en prostitutas que venden su alma, cada uno de sus pensamientos que convierten en lírica. Estos eventos se llevan a cabo en auténticos burdeles poéticos y la posibilidad de hacer un vis a vis con alguno de los poetas es una gran oportunidad para que te reciten personalmente. Sonia Barba, también conocida como Madame Taxi, es la directora del Prostíbulo en España y la que se encarga de dar voz a esta iniciativa.
31 autores y poesía. Esos son los ingredientes del Libro Rojo, que ya va por el noveno volumen. Se trata de una Antología con los poemas de los integrantes que recoge la esencia del proyecto y de cada uno de los autores.
Los asistentes se van acomodando en los improvisados bancos de la recepción de la librería. El murmullo constante de los espectadores llena la diminuta estancia. Al cabo de un rato, estamos todos sentados y, enfrente nuestro, en unas sillas, se sientan una docena de personas entre las que se encuentran Sonia Barba, el periodista Carlos Moreira y algunos integrantes del Prostíbulo. Moreira dirige la entrevista y habla con voz clara y firme con Sonia, transmitiendo una sensación de familiaridad y confianza. ¿Es el ego algo necesario en la forma de ser de un poeta? ¿Se escribe mejor de noche o de día? ¿Cuando un poeta escribe, se está posicionando en el mundo?
Son muchas las preguntas que surgen a lo largo de la presentación, tanto por parte del periodista como por parte de los asistentes, que participan activamente en el evento. Sonia habla con un tono dulce y recatado e intenta resolver todas las dudas: el ego y la poesía suelen ser uno, pero no es nada malo, “la luz del día no nos queda bien para crear” y escribir poesía implica, de manera casi inconsciente, posicionarse en el mundo. Además de las preguntas y las dudas, el tema imperante en esta presentación es uno: los autores son diversos y muchos, pero las mujeres lo tienen más difícil en este mundo erótico. “La poesía funciona como un campo de pruebas”, afirma Sonia, “es una cosa más canalla y eso la gente no lo suele juzgar positivo”.
Los minutos pasan rápido en esa atmósfera tan familiar. Los integrantes del equipo del Prostíbulo son animados por los asistentes a leer algunos pasajes del libro. En cadena, empiezan no solo a leer sus poesías, sino a recitar de su propia cosecha nuevas creaciones, sorprendiendo al público y a la propia Sonia. Las “prostitutas” no se dirigen entre ellas con sus auténticos nombres, sino que, para referirse a alguien lo hacen utilizando sus pseudónimos: Nunca Más, Curiosity, Serendipia, Princesa sin Tacones… Sin embargo, este anonimato no reduce en ningún momento la familiaridad del acto. El público guarda absolutamente silencio cuando se recita y el tiempo se congela.
Los aplausos de los asistentes rompen la tranquila atmósfera. La voz de Sonia ofreciendo hablar con nosotros en privado para más posibles dudas anuncia que la presentación ha llegado a su fin. La gente se arremolina en la caja de pago de la librería: todo el que ha ido quiere el Libro Rojo.
“¡Qué éxito!”, exclama Sonia, feliz. “Me alegra mucho que lo queráis. Al fin y al cabo, es el eje de todo el Prostíbulo. Venid al próximo evento y lo entenderéis”.